Por qué rechazar el uso de pajitas

Las personas usan las pajitas o bombillas por un total de 10 a 20 minutos aproximadamente. Luego, se botan, lo olvidamos y seguimos con nuestras vidas. Pero, ¿qué dirías si supieras que ellas generan el 4% de la basura plástica a nivel mundial? En efecto, llegan al mar, contaminando y generando daño a muchas especies […]

Las personas usan las pajitas o bombillas por un total de 10 a 20 minutos aproximadamente. Luego, se botan, lo olvidamos y seguimos con nuestras vidas. Pero, ¿qué dirías si supieras que ellas generan el 4% de la basura plástica a nivel mundial? En efecto, llegan al mar, contaminando y generando daño a muchas especies marinas.

Como todo en la vida, la mayoría de las veces y en toda circunstancia, los detalles son los que marcan la diferencia. Y quizás eso es una premisa que pueda aplicarse a la campaña Mejor Sin Pitillo (que en nuestro país se conoce como “bombilla” o “pajita”), este pequeño adminículo de plástico que la mayoría de los restaurantes, fuentes de soda y/o puestos de comida rápida usan para que tomemos los líquidos que nos ofrecen, sean bebidas, aguas o tragos.

Sin embargo, son muy pocos los lugares donde nos preguntan si las queremos usar, o si preferimos usar -como en casa- sólo el vaso de rigor. Y es que las cifras son bastante alarmantes. Entre las estadísticas que han sorprendido a los ecologistas alrededor del mundo sobre el uso de las famosas pajitas o bombillas en relación al daño al medio ambiente, están:

Una sola de ellas tarda mil años en descomponerse.

Un restaurante puede desechar hasta 45 mil al año.

Se cree que el 90% de las especies marinas han ingerido productos de plástico.

Y claro, sólo en Estados Unidos, estrella en comida rápida, se estima que usan 500 millones de pajitas diariamente, y sólo McDonalds utiliza 60 millones en todo el mundo al día. Cuesta imaginar la envergadura de la montaña que se podría armar con todas esas pajitas si se pusieran juntas… ¡y diariamente!

Aunque en teoría están hechas de plásticos reciclables, polipropileno y polietileno, la gran mayoría no se recicla. Esto, porque cuanto más pequeño es un plástico, menos importancia se le da. Además, por su tamaño y forma, es muy fácil que puedan acabar en los ríos y en el mar. Una vez ahí, y como cualquier otro plástico, son mucho más contaminantes, dañando a muchas especies marinas.

Según Ocean Conservancy, las pajitas suponen un 4% de la basura total que hay en el océano. Y según un informe que hicieron de la basura que recogieron en playas de todo el mundo el año  2015, son la cuarta basura más común, después de las colillas, los envoltorios de comida y las tapas de botellas.

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Campaña Mejor sin Pitillo

Mejor Sin Pitillo es una campaña lanzada hace algunos meses en la Ciudad Verde (de Colombia), que busca reconocer a los restaurantes y cafeterías que han tomado la iniciativa de retirar estos funestos artefactos de sus menús y motivar a los demás establecimientos a dejar de utilizarlos. “Con el compromiso de estos lugares, se contribuye a la protección de los animales, a la disminución de la contaminación por el plástico y a generar conciencia ambiental entre sus clientes”, explican los creadores de la campaña desde sus redes sociales. Y esto porque no podemos obviar que el plástico es una amenaza para la vida silvestre, ya que entra en las cadenas tróficas, se bioacumula y causa muertes por intoxicación u obstrucción en los cuerpos de los animales.

Por lo mismo, esta campaña nos explica que debemos pensar en que, cada vez que utilizamos una bombilla por 10 o 20 minutos, ésta se suma a las millones que se usan y desechan diariamente en el mundo. “Con este hábito, estaríamos contribuyendo a generar mayor demanda de recursos, a la producción de toxicidad y a la contaminación ambiental”, añaden.

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Campañas alrededor del mundo

Lo positivo es que se ha tomado conciencia sobre esta situación en varios países del mundo, entre los que se cuentan Australia, España, Reino Unido, Estados Unidos, Ecuador y por supuesto Colombia.

Heather Itzla de “There is no away” comenzó la campaña Straws Upon Request, que anima a estudiantes de secundaria a ir a bares y restaurantes para solicitar que sólo pongan pajitas en las bebidas de los clientes que la soliciten.

Lo mismo en Australia, con “Plastic Free July”, que ha lanzado la campaña “The Last Straw”, que también animan a bares y restaurantes a quitar las pajitas de la barra y darlas sólo a aquellos clientes que la pidan.

Por su parte, en Estados Unidos, un niño de 9 años llamado Milo, empezó en 2011 “Be Straw Free”, creando todo un movimiento en su país alertando sobre el uso indiscriminado de las pajitas.

En Reino Unido, “StrawWars” tiene un directorio de bares y restaurantes que no sirven pajitas.CU_1024x1024

Finalmente, en Medellín, Colombia, existe “Mejor sin pitillo”, que ya ha sido todo un éxito, siendo los bares y restaurantes los que se ponen directamente en contacto con la organización para descargar sus flyers y carteles y decir que ellos ya no usan pitillo.

Ahora, en Chile también se ha tomado conciencia de esta problemática, existiendo varios actores que están pendientes del tema. Pronto se conocerán más novedades al respecto, y como Endémico se las haremos saber. Mientras, los invitamos a que cuando salgan a comer en cualquier parte de nuestro país, digan: mejor sin bombilla.

Foto portada: vivirsinplastico.com