Gregorio Fontén: Relatos sonoros desde un bosque de araucarias

El pasado 14 de octubre se inauguró en el Centro Cultural Palacio la Moneda (para reservas: cclm.cl) la exposición “Naturaleza Expandida: visibilizar lo invisible” curada por Carlo Rizzo y Maya Errázuriz, resultado de una investigación que reúne a artistas de múltiples disciplinas para repensar la vinculación del ser humano con el patrimonio natural.

Uno de los expositores es Gregorio Fontén, artista y poeta sonoro, quien con herramientas del Laboratorio del Eco estará presentando la pieza sonora “Dendrofonía Araucaria”. Sobre el trabajo de “sonificación” de araucarias en Bosque Pehuén conversó el artista con Endémico, como también de las interrogantes que surgen al enfrentar la producción estética y musical junto a la información biológica que se obtiene de las especies estudiadas. “Con la sonificación busco devolverle el misterio a esos datos científicos”, revela el artista sobre su más reciente trabajo.

©Cortesía Gregorio Fontén

Endémico web: ¿Cómo nace tu motivación de crear paisajes sonoros a partir de un bosque de araucarias?

GF: Mi trabajo nace de la “sonificación” de datos que obtengo de araucarias del Bosque Pehuén, un área de conservación de Fundación Mar Adentro, en la Araucanía andina. A partir de la información recopilada por científicos de araucarias sanas y enfermas de diferentes puntos del bosque, yo tomo esos datos y los programo en Max/MSP para transformar esa información a diversos elementos musicales.

¿Cómo se conecta tu trabajo con la poesía experimental con el arte sonoro?

La poesía me interesa como búsqueda de la extensión del lenguaje. He estado muy involucrado con grupos de poesía experimental, que desde allí exploran los límites del lenguaje. El arte sonoro, por su parte, ha contribuido a un trabajo más especulativo y conceptual, pero lo que integra estas disciplinas ha sido la transducción de energía, el traslado de un lenguaje a otro, como puede ser traspasar una canción a un paisaje o un dato científico a una emoción musical.

¿Podrías explicarnos en qué consiste específicamente el trabajo de sonificación?

La sonificación es un sistema donde yo programo la forma en que ciertos datos científicos van a generar una música a partir de instrucciones programadas que el computador luego ejecuta. La gracia de este proceso es que al ingresar los datos – en este caso de las araucarias – obtienes un modelo que es capaz de producir comportamientos musicales. Así, cada coordenada científica puede manifestarse con criterios rítmicos, armónicos, melódicos, también efectos como ecos que crean el ambiente sonoro de la araucaria. En ese sentido, la sonificación de datos opera de manera similar a un ser vivo. Como un árbol, que si bien siempre es el mismo individuo, puede comportarse de formas diversas. El dato guarda ese mismo comportamiento, en el sentido que cada dato recibido por el computador se va a desplegar de igual forma en el programa, pero la información recibida puede generar variaciones.

Se trata, a fin de cuentas, de devolverle el misterio a los datos, de conectar el fenómeno de la aritmética o la estadística con su dimensión afectiva. Lo que busco con la sonificación es, más que pensar el dato como una extracción objetiva, enfatizar la fascinación por el fenómeno, para devolverle el misterio al curso original de la búsqueda científica.

Araucaria en Bosque Pehuén. Imagen producida con scanner LiDAR (Laser Imaging Detection) 2020
©Cortesía de Fundación Mar Adentro

¿Cómo dialoga tu trabajo artístico con la investigación científica?

Llevo mucho tiempo trabajando con algoritmos generativos para crear pasiajes sonoros, audiovisuales y musicales. Mi primera aproximación parte con el “Songscape” que es un sistema de escucha computacional y que entrelaza los sonidos de un cantautor y el paisaje que los rodea. Mi primera colaboración con científicos es “Random is not whatever” (2013), realicé con el biólogo Carlos Carmona-Fontaine y que fue una investigación en torno a células macrófagas para analizar cómo se comportan, coordinan y migran en grupo. Para eso, aprovechamos el modelo de inteligencia de esas células para generar un modelo de comportamiento para la toma de decisiones musicales. De ahí en adelante, he colaborado con diversos investigadores y científicos para obtener ese dato científico concreto y trabajarlo con fines artísticos.

A lo largo del tiempo, el diálogo con la ciencia se ha vuelto muy interesante, en la medida que he podido darme cuenta de que es posible no sólo divulgar información científica de una forma novedosa y atractiva sino que afectar a la ciencia misma. Puede ser ambicioso, pero a largo plazo con el equipo de Random is not Whatever esperamos que la sonificación artística pueda ayudar a la ciencia a leer los datos de una manera especulativa que quizá ayude a expandir horizontes.

¿Y en el caso de las araucarias de bosque Pehuén presentes en la muestra “Naturaleza expandida”?

En ese caso, la investigación científica buscaba averiguar por qué se están muriendo las araucarias en los bosques de la Araucanía andina. Para eso, se hizo un escaneo donde se midieron ciertos puntos del árbol como su densidad, posiciones, y así evaluar el estado de salud o enfermedad.

El trabajo conjunto con los científicos fue esencial para dar con los rangos de datos que trabajé en la música. Un dato científico puede ser millones de datos con un rango numérico que posteriormente se normaliza. Es decir, se traduce el dato a un rango más humano, se simplifica sin alterar su estructura para que se pueda establecer un diálogo con los elementos musicales. En la medida en que el científico normaliza el dato, yo puedo entrar a jugar y aplicar ciertos criterios musicales. Entonces se transforma en un trabajo de fantasía. Por que no existe la traducción directa de un dato biológico a un dato musical. Para lograr eso, es necesario acudir a la imaginación. Sonificar, entonces, consiste en abrir el dato a elementos que si bien tienen que ver con el interés científico, lo conectan con un misterio. Ya no se trata únicamente del contenido que entrega el dato, también es la capacidad de asombro que esa información pueda generar.

Para realizar este trabajo cuento con la biblioteca algorítmica del Laboratorio del Eco que es fruto de muchos años de trabajo y que me permite tanto desarrollar mis proyectos artísticos como producir experiencias generativas e inmersivas para museos y eventos.

Has trabajado con araucarias sanas y enfermas, y actualmente desarrollas proyectos que involucran quiebres sociales, como el trabajo con datos de daños oculares en conjunto a Dr. Pablo Cox Vial (Prof. Asociado Universidad de Valparaiso, Centro de Neurología Traslacional) ¿Cómo enfrentas el trabajo de sonificar una herida que puede ser tanto de una especie vegetal (como una araucaria) pero que también puede trasladarse al ámbito de una herida humana y social?

Hoy estamos cuestionando el modelo de la lógica ilustrada para comenzar a navegar la realidad como un continuo de interacciones, en el que aparecemos y desaparecemos como un tejido de agencias. Entonces, el cuerpo/mente en vez de ser un individuo unitario, autónomo, esencial, es un campo por el que transitan diferentes agencias, donde caben enfermedades, alimentos, pensamientos, palabras y heridas. Un tránsito de energías que desestabiliza lo estático para configurarnos como una interacción de consciencias y materias.

En mi trabajo intento explorar esta aparición/desaparición de la realidad material dada y la especulación de materialidades posibles. Creo en la necesidad política de esto porque nos hace centrarnos en el entremedio. El presente sólo se da a través del entremedio y mucho discurso político se construye sobre rechazarlo, forzarlo a su ideal.

Sin embargo el entremedio siempre sobrevive e impide que en ningún presente se pueda dar el pasado como concluido y el futuro como aún no presente. Por eso me interesan los ecos. Un eco es un viaje en el tiempo, es el presente de un sonido pasado y en ese gesto afecta su futuro.

Si habitamos el entremedio, en donde cada cual manifiesta su propia realidad y los puentes que establecemos entre una realidad y otra se dan sólo a través de la empatía que sentimos unos con otros. Se dan sólo a través de la afinación que podemos sentir en nuestra manera de vibrar.

Entonces no compartimos significados autónomos, no compartimos ideas sino que compartimos la vibración, las frecuencias, el ambiente resonante que generamos con nuestras ideas y acciones.

En noviembre junto a un equipo de artistas sonoros y visuales estaremos presentando la obra “Ecos Migratorios” para Puerto de Ideas en Valparaíso y que nace de querer sentir y manifestar este campo vibracional que es el entremedio de energías y materias. Es por esto también que decidí hacer el proyecto en que los datos de análisis científico de las heridas producto de la brutalidad policial fracturan diferentes voces que dicen algunas frases del estallido social. Quisiera que se entienda la política no como la lucha de ideas, sino de cómo impactan, cómo vibran las ideas y que este vibrar es inseparable de los ecos y fracturas que producen.

¿Qué es lo que vamos a ver en la exposición “Naturaleza Expandida” que presentarás con Laboratorio del Eco?

En la exhibición vamos a encontrar un relato sonoro de una araucaria del Bosque Pehuén. Es una sonificación bien emotiva, con música minimalista y ambiental. Algo así como un pequeño viaje al interior del tronco de una araucaria. Lo concibo como música generativa, no digital, una partitura que – esperamos- pueda ser interpretada por músicos en vivo. Es lo que queremos hacer como presentación de la obra cuando la situación sanitaria lo pemita. Llevar esta música al mismo bosque para presentar “in situ” la iteración de una araucaria junto a un video 3D de la renderización transmitida en un “loop”.

De alguna forma, será también devolverle al bosque su sonoridad.

Para saber más sobre el trabajo de Gregorio Fontén y Laboratorio del Eco

www.gregoriofonten.xyz

www.laboratoriodeleco.com

Araucaria en Bosque Pehuén. Imagen producida con scanner LiDAR (Laser Imaging Detection) 2020
©Cortesía de Fundación Mar Adentro