Valentina Villarroel: el sonido como testimonio

Valentina Villarroel es artista sonora, paisajista sonora y música experimental, cocreadora de Aoir Laboratorio Sonoro, junto a la artista visual Camila Cijka. Esta propuesta interdisciplinaria trabaja desde distintas aristas para rescatar la importancia del sonido como testimonio fundamental de los conflictos ecosociales. Villarroel ha centrado su trabajo en la región del Biobío, buscando estrategias de interacción con la comunidad y manteniendo un diálogo constante y contingente con el territorio que le rodea.

¿De dónde nace tu relación con el sonido?

Siempre fui música —pese a que me formé como comunicadora audiovisual—, y de más joven participé en diferentes bandas y luego comencé a dedicarme cada vez más a la música experimental, que es algo que hago desde hace diez años. El sonido siempre fue algo importante para mí, y con el tiempo fueron surgiendo oportunidades para trabajar con él desde distintos enfoques. El año 2012 participé de un proyecto que rescataba los sonidos de una villa cerca de donde vivo, esta experiencia consolidó mi interés por el paisaje sonoro y la grabación de sonidos.

Después comencé un segundo proyecto, que fue el de registrar el paisaje sonoro de los humedales de la región del Biobío, con ello me involucré con los sonido de los ecosistemas, y me fui dando cuenta de la importancia que tiene el sonido, y en todas las esferas desde donde se puede trabajar: como material de investigación, como material artístico, y también como material terapéutico. Es algo que de verdad me apasiona, ya que tiene muchas áreas y muchos conceptos, y sigue siendo un espacio poco aprovechado.

Oscilador de ruido rosa ©AOIR

¿Cómo es pensar el mundo desde el sonido?

El sonido abre percepciones y te permite relacionar cosas, es una herramienta para llevarnos a conocer más a profundidad un territorio o un ser. Para mí es tan importante el sonido o tan bello, porque todo lo que vive tiene sonido: nosotros mismos, todos los seres vivos, incluso la tierra; ya que todo está vibrando y toda vibración es un sonido, incluso si nuestros oídos no están diseñados para escucharlo.

Una de las cosas que me interesa mucho es el pulso vibratorio que emite la tierra, esta emite una frecuencia en 7.83 Hz, llamada resonancia Schumann, y es una frecuencia que une a todos los seres, entonces la tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico.

Cuando comienzas a comprender las relaciones desde el sonido se abre un mundo que, al ser una cultura principalmente visual, es como si se encontrara bajo la superficie. Te das cuenta que en los sonidos de la naturaleza hay un conjunto de frecuencias que tienen propiedades, entre ellas rehabilitadoras, y que pueden favorecer el equilibrio emocional humano. Por contraparte, también comprendes que los cambios que se están produciendo en el mundo con el calentamiento global y la desaparición de los ecosistemas, están teniendo un impacto en nuestro bienestar a nivel de las vibraciones que están a nuestro alrededor y que interactúan con nuestro propio campo magnético.

Osciladores de sonido ©AOIR

Hay teorías que postulan que nos enfermamos porque nuestra tecnología y modo de vida está evolucionando más rápido que nuestros organismos, ¿cómo ves esto en relación con el sonido?

Actualmente estoy cursando la formación profesional de Bioacústica aplicada al bienestar humano y animal, dirigida por Eva Julian, directora del centro de investigación en el centro Sound and Life de Madrid. Allí estudiamos como el sonido incide en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestras células y en nuestros órganos. Y es increíble como nuestras células responden a las manifestaciones sonoras de la naturaleza.

El sonido de la tierra hace muchas cosas en nosotros, estar en contacto con la naturaleza puede estabilizar emocionalmente. Con tan solo ir a un bosque, una playa o un cerro entras en otro estado. Nosotros estamos resonando, y cuando vamos a un lugar natural comenzamos a interactuar a nivel vibratorio con todos los seres que habitan allí, y es gracias a esto es que percibimos esa sensación de bienestar. Entonces es lógico afirmar que al perder estos ecosistemas, perdemos acceso a esta fuente de salud.

¿Cómo ves la conciencia que tenemos como sociedad de la importancia del sonido?

No existe mucha reflexión sobre ello, tendemos a crear mucha contaminación acústica: carreteras, tráfico, gritos, parlantes portátiles, no existe un respeto por el espacio sonoro del otro, considerando además que escuchamos de manera colectiva. Y es a esto que como Aoir queremos aportar, a crear esa conciencia, de que el sonido es algo maravilloso y el patrimonio sonoro es algo que tenemos que valorar y cuidar.

Nosotras trabajamos con la comunidad, vamos a villas, escuelas, liceos, universidades realizando talleres y actividades que aborden estas temáticas, tratando de entender las problemáticas sonoras de los territorios, y cómo estas afectan a los seres humanos y al resto de los seres que allí habitan.

Es necesario levantar esta conciencia porque hay muchos lugares que están desapareciendo, debido a la falta de conciencia de las empresas y de las personas que no saben lo que están perdiendo. Por ejemplo, cada vez que se rellena un humedal se está perdiendo mucho en términos ecosistémicos, pero también a nivel de patrimonio sonoro y bienestar. Entonces nosotras en los talleres trabajamos el sonido con grabadoras, para registrar, recuperar e incluso denunciar. De alguna manera somos activistas sonoras de los ecosistemas.

Oscilador Mini Theremin ©Juan Pablo González

Cuéntanos de Aoir, cómo nació y cómo ha evolucionado.

Aoir Laboratorio Sonoro está conformado por mí y la artista visual Camila Cijka, y surge como tal el año 2009 con el nombre Talleres Sonoros para luego, a partir del 2014, ser AOIR Laboratorio Sonoro. Nuestro principal interés está en promover prácticas relacionadas a las artes sonoras, y revelar la sonósfera que habitamos dentro de la región del Biobío.

Consideramos que el sonido tiene un tremendo valor ya que se desprende del panorama de nuestra vida cotidiana, y por tanto es intrínseco de nuestra historia y nuestras experiencias. Las actividades culturales, sociales o recreativas que realizamos, el medio ambiente, incluso el silencio, todo forma parte de un paisaje sonoro que oímos de manera individual y colectiva.

Dentro de Aoir Laboratorio Sonoro interactúan las distintas áreas de trabajo en las cuales nos desenvolvemos: por una parte tenemos los talleres que impartimos a la comunidad, las caminatas de escucha, y la semana de la escucha que realizamos desde el año pasado; por otro lado está la cartografía sonora que es una plataforma muy vinculada a los talleres que realizamos. Y como último elemento están los conciertos o performance sonoras, que están muy vinculados al resto de nuestro trabajo, ya que el material sonoro viene muchas veces de las recolecciones que hacemos en los otros proyectos; y además son una tremenda herramienta para acercar el sonido a la comunidad desde el arte, es decir desde otro punto de vista.

AOIR ©Sol Jorquera

Cuéntanos acerca del proyecto que tienen de cartografía sonora.

Elaboramos un mapa virtual interactivo de la región del Biobío, sobre el cual se encuentran fijados archivos de sonidos que fueron recogidos en distintos lugares. Este mapa lo creamos nosotras, pero lo abrimos a la comunidad, para que todos puedan participar, y así quienes hayan tomado nuestros talleres encuentren un espacio de continuidad donde seguir actualizando lo aprendido.

Pensamos que este mapa pudiera ser una estrategia para incentivar a la gente a que se involucre un poco más con esta área, porque estamos muy acostumbrados a lo visual, a la fotografía, al video, pero el sonido solemos dejarlo de lado, y aquí nos interesa darle protagonismo.

Para participar las personas puedan enviarnos registros de sonidos que les interesen; algún sonido que crean es característico, o que quieran preservar por interesante o único, o también puede ser un registro sonoro que quieran denunciar. Estos sonidos se pueden captar con una grabadora, un celular o incluso un micrófono elaborado por uno mismo, como los que enseñamos a hacer en los talleres. De esta manera, la idea es que el mapa se vaya conformando con los intereses de las personas, ya sea quienes son de la región y conocen el ambiente sonoro, y bien aquellos quienes la visitan y rescaten sonidos desde una mirada fresca.

¿Cómo ves los resultados de el trabajo que llevan realizando y lo que ha provocado en la gente?

Como Aoir nos interesa encontrar los canales para llegar a la comunidad y transmitir cómo el sonido puede ser un testimonio de la pérdida de biodiversidad. Porque creemos que sucede mucho que científicos realizan estudios súper importantes, pero que solo quedan en manos de especialistas. A nosotras nos interesa ir más allá, e involucrarnos realmente con las personas y el territorio.

Y nos va bastante bien, a mí personalmente me gusta mucho ver los resultados en los jóvenes de enseñanza media y básica, porque es un despertar en ellos, les entrega otras herramientas para pensar un tema que ya les está cautivando mucho. Los jóvenes están a la vanguardia en todo lo que es sacar la voz para proteger el territorio, en la región del Biobío hay muchos humedales que se están rellenando por la urbanización, y son principalmente los jóvenes quienes están intentando frenar toda esta situación.

Por otro lado, falta que más personas se involucren con las problemáticas socioambientales, desde aquí creemos que podemos ser un aporte, porque como artistas llegamos de otra manera, con otra mirada, a personas que quizás no eran sensible de todo esto o que les da lo mismo, nosotras salimos a buscar a esas personas para que así, al acercarse a nuestro trabajo, quizás puedan decidir ser un poco mas conscientes.

Grabando paisajes sonoros ©AOIR

Cuéntanos un poquito acerca del día de la escucha.

El día mundial de la escucha comenzó a celebrarse el 18 de Julio del 2010, y nosotras comenzamos a organizarlo aquí en Concepción desde el año pasado. La idea es generar un espacio de diálogo, reflexión y conciencia en torno a la escucha en general y también plantear temas particulares, por ejemplo relacionados a la ecoacústica o estudios del paisaje sonoro. Este año será el sonido y su relación con el medio ambiente.

Esta jornada que se llevará a cabo entre los días 24 y 26 de Julio en Concepción, y nos unimos a las actividades de la organización TSONAMI Arte Sonoro, y SONEC Sonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro Chileno, ambos de Valparaiso. Ya lanzamos una convocatoria para todos los artistas (no necesariamente sonoros) que estén interesados en trabajar esta temática, puede ser desde la poesía, desde lo audiovisual, u otra disciplina.

Comenzaremos realizando formaciones en Centros de Formación CECREA, para luego seguir con las actividades de charlas y conciertos que contarán con la presencia de artistas nacionales e internacionales que están investigando las posibilidades del paisaje sonoro.

Aoir en vivo ©Gestoras, Red y Encuentros de Mujeres Trabajadoras de las Culturas y Artes

¿Cómo son sus conciertos sonoros visuales?

Los conciertos sonoros visuales o performance sonoras, como también se les llaman, surgen a partir de la improvisación. En la improvisación junto con Cijka vamos mezclando y sintiendo, todo es azaroso, los sonidos e imágenes pasan a través de ti y desde ese lugar presente vas creando lo siguiente. Una va buscando transmitir lo que ese sonido te provoca, y va generando un ambiente de texturas. Esto es lo más intenso y fascinante para mí.

Algo que se mantiene es que trabajamos mucho con paisajes, Camila trabaja con proyecciones visuales, y yo con las máquinas de sonido. Como mencionaba utilizamos bastante del material que recopilamos a través de los trabajos de campo (ya sea sonido y fotografía), me gusta ir mezclando, superponiendo e ir interviniendo esos sonidos, usar objetos o sistemas de reproducción de sonido del tipo electromecánico analógico, ya que hago que se genere sonido de manera inestable entonces surge una composición donde el procesamiento de la señal de audio puede llegar a crear un diálogo entre el sonido, la manipulación de dispositivos de sonido y lo visual, convirtiéndose en una narración.

*Imagen de portada: Aoir en vivo ©Gestoras, Red y Encuentros de Mujeres Trabajadoras de las Culturas y Artes.